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martes, 24 de marzo de 2020

De árboles y ramas





   Nunca sabemos qué nos puede deparar el futuro o qué nos puede llevar hasta él. Una frase, una simple palabra, escoger una dirección en vez de otra para llegar a algún lugar...pueden determinar dónde acabaremos. Y eso es lo interesante ¿No creéis?



               
 

 

Estoy segura que si mi madre me viera ahora mismo  estaría muy orgullosa de mí. Siempre decía que nunca iba a llegar a nada en la vida. Que perdía mucho el tiempo yendo de árbol en árbol. En mi tierra, no se dice de flor en flor. Esa expresión la dejamos para los más débiles. Pero  mira, precisamente por ir tanto de árbol en árbol, ahora  estoy en un sitio privilegiado. Y es que nunca sabemos lo que el futuro nos puede deparar. A mí me ha deparado a este maravilloso laboratorio donde entre unos cuantos estamos intentando encontrar la cura para el virus que amenaza con diezmar la población. Otra que se equivocó conmigo fue mi profesora. Que andaba demasiado por las ramas y que no  me centraba en nada. Pues aquí estoy, ayudando a grandes científicos. Y lo hago desde mi jaula.

Por cierto, me llamo Rita y siempre he sido muy mona.

1 comentario:

  1. A los profesores nos debían de exigir el don de la adivinación. Bueno, no exactamente, sería la excusa perfecta para condenar nos a la hoguera por brujos. Mejor, sigamos con la atenta mirada y la capacidad de escuchar atentamente a los que se sientan delante.

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