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domingo, 21 de enero de 2018

AMOR MULTIVERSAL




               
 


 

Siempre he sido una persona curiosa, no confundir con cotilla, que estaba interesada por todo lo que le rodeaba, así que cuando me llegó aquella oferta de trabajo no la pude rechazar. Es cierto que iba a estar lejos de todo lo que había sido mi mundo hasta entonces, pero tenía poco que perder, si no me gustaba o no encajaba me volvería, y había mucho que ganar. Conocimientos y por qué no, dinero.

Al poco tiempo de aterrizar en lo que iba a ser mi nuevo hogar, me di cuenta que ser una sociedad avanzada tecnológicamente no suponía que socialmente lo fuera. No voy a decir que rozaran  el medievo , pero no les gustaba aquello que se saliera de su…normalidad. Y yo era bastante diferente. El color de mi piel, mi pelo, mis ojos…Cada vez que salía a la calle me sentía escudriñada, y más de una vez alguien se permitía el lujo de fotografiarme descaradamente sin pedir permiso.  Y en una de esas veces fue cuando conocí a Kaysun. Un tipo se me acercó demasiado y tuve miedo, él me lo quitó de encima y se presentó cortésmente. A partir de ahí comenzamos una relación que no fue bien recibida por su entorno. Él no me decía nada, pero cada vez que salíamos íbamos a lugares alejados del bullicio de la ciudad y nunca me presentaba a nadie. Había veces en los que pasaban días sin que supiera nada de él, pero al final siempre volvía con alguna excusa sin sentido, que yo hacía que me creía para seguir adelante con nuestra extraña relación. Hoy imagino que esos días los dedicaría a su novia oficial. Alguien que encajara con los gustos de su familia y amistades. Alguien como él, como ellos, con su tono azul de piel, sus ojos de color rojo y cuatro brazos. Esos brazos que son capaces a la vez  de abrazarte y darte placer.

Y es que el amor venusiano puede ser muy adictivo.   
 
 
 
 

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