Hoy os presento otro de los minicuentos de la serie pequeños relatos. Es un cuento inspirado en cómo las redes sociales han cambiado la manera de conocer a otras personas. Algunos los critican y otros lo alaban. Esto es como todo, pienso yo, no es ni bueno ni malo, solo depende del uso que le de cada uno.
Os dejo con: Amistades virtuales
Leed y divertíos.
La vida no había sido generosa con él, o para ser más
exactos, había sido generosa pero en los lugares y momentos equivocados. Siempre
tuvo exceso de grasa, de joven se le acumulaba en el rostro, en forma de
supurantes granos y ahora de adulto, la lucía en forma de barriga. Era tímido y
le costaba entablar amistad con las personas; sin embargo en las redes sociales
era todo aquello que le hubiera gustado ser y nunca pudo ser. Era un triunfador
en todos los sentidos.
Era capaz de unir las letras con tal maestría que sus frases
pronto fueron conocidas en el mundo virtual. Le llovían los seguidores, y sobre
todo las seguidoras. De entre ellas, una era muy especial. Sabía expresarse con
delicadeza y elegancia. Pronto pasaron a relacionarse a un plano más privado,
aunque nunca sin mostrar su rostro ni tan siquiera su voz.
Pero este tipo de relaciones en algún momento necesita del
contacto físico o al menos visual, para no estancarse. Después de muchas dudas,
él decidió que estaría muy bien poder tomar un café juntos y charlar cara a cara. Ella, reacia en
un principio, acabó por aceptar.
Él llegó primero. No hubiera estado bien hacer esperar a una
señorita. O a una señora, nunca le había preguntado su edad, aunque en realidad
eso no le importaba. Lo que decidió que le preguntaría, una vez estuvo frente a
él, es que cuchilla utilizaba para afeitarse. El apurado era impresionante.
Muy bueno! Oye, utilizas muy bien los elementos del cuento breve.
ResponderEliminarMuchas gracias!!
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